"La pastora les regaló unos cencerros para poder ahuyentar el mal con su sonido."+
-¿Estás disfrutando con tus amigas? - Gritó una voz cargada de ira desde el exterior de la borda.
-¿Quién es este?– preguntó Edurne a Iruzki, que supuso que había reconocido la voz por los temblores de su cuerpo y porque despertó por completo.
-¡¿Charlabas y descansabas mientras yo sufro?! Ahora compartes las cosas buenas con desconocidas - gritó Juan. Gritó y escupió.
- Marchaos. Id juntas. No os separéis y llevad estos cencerros para terminar el viaje. -dijo Ilargi y colocó un cencerro a cada una.
- No dejéis de tocar los cencerros hasta que lleguéis a Ituren. Los cencerros ahuyentan el mal. Espero que os sirvan mientras yo me encargo. Salid ya. -La pastora se movía con resolución mientras llamaba a sus ovejas y a sus perros.-Iruzki, sabes que yo te puedo acompañar, lo he hecho siempre. ¿Tan poco significo para ti? -gritaba Juan desde fuera, dando vueltas alrededor de la borda.
- ¡No eres tan buena como te creías! ¡Sabes que lo he hecho todo por ti y que no me merezco este vacío!
-¿Tan difícil es que le dejes en paz y le respetes? -dijo Ilargi colocándose delante de Juan.- Te lo ha explicado todo infinidad de veces pero tú no quieres entender. Iruzki ha ido por las buenas, pero conmigo le vas a dejar en paz por las malas.
Ilargi se quedó mientras Iruzki y Edurne se alejaban. Ilargi se quedó porque ya conocía la historia. Conocía la historia de Juan, la de Iruzki y la de todos los vivos que acompañaba en la noche.
-¿Quién es este?– preguntó Edurne a Iruzki, que supuso que había reconocido la voz por los temblores de su cuerpo y porque despertó por completo.
-¡¿Charlabas y descansabas mientras yo sufro?! Ahora compartes las cosas buenas con desconocidas - gritó Juan. Gritó y escupió.
- Marchaos. Id juntas. No os separéis y llevad estos cencerros para terminar el viaje. -dijo Ilargi y colocó un cencerro a cada una.
- No dejéis de tocar los cencerros hasta que lleguéis a Ituren. Los cencerros ahuyentan el mal. Espero que os sirvan mientras yo me encargo. Salid ya. -La pastora se movía con resolución mientras llamaba a sus ovejas y a sus perros.-Iruzki, sabes que yo te puedo acompañar, lo he hecho siempre. ¿Tan poco significo para ti? -gritaba Juan desde fuera, dando vueltas alrededor de la borda.
- ¡No eres tan buena como te creías! ¡Sabes que lo he hecho todo por ti y que no me merezco este vacío!
-¿Tan difícil es que le dejes en paz y le respetes? -dijo Ilargi colocándose delante de Juan.- Te lo ha explicado todo infinidad de veces pero tú no quieres entender. Iruzki ha ido por las buenas, pero conmigo le vas a dejar en paz por las malas.
Ilargi se quedó mientras Iruzki y Edurne se alejaban. Ilargi se quedó porque ya conocía la historia. Conocía la historia de Juan, la de Iruzki y la de todos los vivos que acompañaba en la noche.