-Hacía mucho que no nos veíamos, ¿Qué necesitas, Iruzki?, -preguntó Tontorgorri, otra de aquellas viudas.- Estábamos rifando unos recados y justo te ha tocado a ti.

-Tengo este medallón que me daba protección y hasta hace poco me daba luz. Es una historia un poco larga de la que no me apetece hablar todavía…

-Vienes buscando la protección y seguridad del eguzki-lore. -Dijo Juana de Echayenecea, otra de aquellas mujeres.

Ellas podían ver a Iruzki de verdad. Le hacían sentir como si estuviera en casa.

-Recorre el valle, todo el valle de Malderreka. Tú tienes que recorrer los caminos antiguos guiándote por los ríos. ¿Has salido de Ituren? Sales y vuelves al mismo sitio, es un recorrido circular. Lo más importante es que termines el viaje antes de la salida de los joaldunak. - Dijo una viuda alta mientras caminaba por detrás.

-Ellos, como cada año, se encargarán de llevarse lo malo y despertar la primavera. Entonces volverá tu luz- dijo la Tontorgorri.

-Gracias -dijo Iruzki a aquellas mujeres que le inspiraban fuerza y alegría