Allí Iruzki conoció a las ranas bermejas, unas supervivientes.+
- ¿Te puedo hacer una pregunta?- Le dijo Xabi saltando sobre sus piernas.
- Sí, claro- contestó Iruzki.
- ¿Hay humanos que viven en basureros o vertederos? Vienen muchos en verano, en sus coches, ensucian los caminos y van diciendo orgullosos: “el embalse es de todos, también es nuestra casa” y lo llenan de porquería.
- No. Son solo algunos los que no se hacen responsables de sus desechos.
- Osea que hay humanos “autóctonos” y otros “invasores”. Como el cangrejo señal que se come al de aquí y destruye el ecosistema. Como parásitos…-dijo Xabi para sí. Iruzki se acercó al agua y se vio reflejada en todas esas ranas que se estaban gestando. Entendió por qué Edurne le había llevado ahí. La rana bermeja no tenía recursos suficientes para defenderse de todas esas personas que solo miraban por sus intereses. A veces, hay personas que te arrollan, personas como Juan.
- Sois supervivientes- medio sonrió Iruzki.
- Nosotras pudimos hablar con las lamias y ellas a su vez con los biólogos. Hay especies que ya no pueden hablar del dolor, otras no tienen la suerte de que les escuchen. Iruzki podía entenderlo.
- Tú también eres valiente. Recuérdalo. – Xabi sacó de su txapela unas cintas de colores y las ató a la trenza de Iruzki- colores diferentes para celebrar la vida y las diferentes especies de seres vivos.
-Sí, tenemos que seguir sacando fuerzas de donde las haya. Aquí me siento acogida y comprendida. Nos tenemos que quedar con eso, con lo bueno.- dijo Iruzki mirando a Edurne, y después a Xabi.
-Eso es, hay gente que nos apoya, nos sostiene y nos quiere.- Y se unió Xabi al canturreo de las ranas.
- Sí, claro- contestó Iruzki.
- ¿Hay humanos que viven en basureros o vertederos? Vienen muchos en verano, en sus coches, ensucian los caminos y van diciendo orgullosos: “el embalse es de todos, también es nuestra casa” y lo llenan de porquería.
- No. Son solo algunos los que no se hacen responsables de sus desechos.
- Osea que hay humanos “autóctonos” y otros “invasores”. Como el cangrejo señal que se come al de aquí y destruye el ecosistema. Como parásitos…-dijo Xabi para sí. Iruzki se acercó al agua y se vio reflejada en todas esas ranas que se estaban gestando. Entendió por qué Edurne le había llevado ahí. La rana bermeja no tenía recursos suficientes para defenderse de todas esas personas que solo miraban por sus intereses. A veces, hay personas que te arrollan, personas como Juan.
- Sois supervivientes- medio sonrió Iruzki.
- Nosotras pudimos hablar con las lamias y ellas a su vez con los biólogos. Hay especies que ya no pueden hablar del dolor, otras no tienen la suerte de que les escuchen. Iruzki podía entenderlo.
- Tú también eres valiente. Recuérdalo. – Xabi sacó de su txapela unas cintas de colores y las ató a la trenza de Iruzki- colores diferentes para celebrar la vida y las diferentes especies de seres vivos.
-Sí, tenemos que seguir sacando fuerzas de donde las haya. Aquí me siento acogida y comprendida. Nos tenemos que quedar con eso, con lo bueno.- dijo Iruzki mirando a Edurne, y después a Xabi.
-Eso es, hay gente que nos apoya, nos sostiene y nos quiere.- Y se unió Xabi al canturreo de las ranas.